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Este es un homenaje a la película más bella que haya visto alguna vez y una de las pocas cosas que aún me estremecen hasta la médula... La música maravillosa del tema central, compuesto por Ennio Morricone y Salvatore llorando con la cabeza entre sus manos sentado solo en el cine viejo de su ciudad natal es la evocación perfecta si necesito parar el mundo y bajarme a contemplar la riqueza de las emociones...
Presumo que todos tuvimos un Alfredo, un viejo que nos enseñó, nos amó, nos nutrió de su sabiduría... alguien a quien conocimos lleno de historias, fracasos, defectos, vida, recuerdos que, de tan maravillosos, se funden con los recuerdos propios y más de alguna vez me descubro apropiándomelos...Yo tuve mi Alfredo, se llamó Gastón...él ya no está y yo lo extraño entrañablemente.
Después de todo, como señala García Márquez: " La vida no es la que viviste, sino la que recuerdas y cómo la recuerdas, para contarla".
2 comentarios:
Al principio dije ¿quién será esta mina tan familiar, tan espejo, tan cercana? Te reconocíiiiiiii amiga y compañera. Gracias por regalarnos este nuevo espacio y mi carta del tarot es la sacerdotiza... parece ¿me puedes orientar en eso?
Que pelicula magica, quizas deba ser una de las peliculas que mas me a emocionado en mi vida.
Me trae muchos recuerdos.
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