marzo 19, 2007




El viernes, antes de partir a la playa,
paso por la casa de mi Abuela.
Ella nos prepara el almuerzo durante la semana.

En qué momento la hermosa comunista
de caderas anchas, bellísimo rostro,
voz profunda, ágil caminar,
se convirtió en una pequeña anciana de grandes manos ?

Porque a pesar de que mi madre lo niegue,
mi Yayi no fue la madre que ella necesitó,
tampoco una esposa fiel,
ni menos una amante leal...

Ella, sin embargo, es la abuela-abuelísima por excelencia,
el personaje favorito de mi niñez,
la confidente de mi adolescencia,
paradigma de mujer
...en mi vida...

Mi Yayi, que me armaba un
comedor bajo un árbol
en su casa, en la Toma de la 1º de Mayo,
de la que ella era dirigenta;
la que me regaló mi primera Cámara Fotográfica;
la que trabajó como camarera en el
Hotel Antofagasta, hasta hace muy poco
a pesar de que se acerca a los 80.
La que me malcriaba cuando era niña,
me consintió en la adolescencia,
me defendió de cualquier crítica en la adultez,
me cocinó reparadores " ajiacos "
que me liberaron de trasnoches
repletos de vinos navegados y protesta filosófica
y amores furtivos.
La que sigue trabajando,
para mantener una hija y varios nietos flojonazos,
... la que fumaba " tabaco rubio"
que baila cueca como nadie,
la que ama la Malta con Huevo.
La mayor de " Las Arenas ",
las hijas más lindas de la Oficina Pedro de Valdivia...

Siempre le digo que cuando muera,
yo la voy a vestir,
de negro, con pañuelo rojo al cuello,
que la voy a pintar y a perfumar,
porque " se nace chicharra y se muere cantando"
y que varios de los amantes de su vida
ya pasaron a mejor vida y , de seguro , la esperan...
y ella, digna y diva, ante todo,
me encarga repartir vino navegado y cigarros
en su velorio, que no se note pobreza,
" como en la pampa ", sentenció...

Pero, resulta que el viernes por primera
vez me enfrenté a la finitud de la vida, de la juventud...
Por primera vez, tuve tanto miedo de perderla...
porque muy ley de la vida será,
pero eso no quita el dolor de la
separación...
ni el susto de que la muerte se puede hallar por ahí, muy sigilosa...
entre el matico y la salvia de su casa...
bajo la higuera, junto al rosal...

3 comentarios:

Vero dijo...

Que lindo como hablas de tu Yayi, me encantó, me emocionó, me fascinó.
Espero que ella se encuentre muy bien y pueda darte alegrias por muchos años mas.

Un Beso.

Shadow dijo...

La abuela ...nnnn como eskivar los pensamientos ke te llevan a la cosina... ella frente a las ollas y mostrandote como era capaz de mezclar sabores y aromas, como lograba esas posiones mágicas ke te llevaban y transpotaban a lo mas ondo de los grandes placeres de este mundo. Nunca supe, nunca supe como era capaz de tomar una olla y no kemarse...

Un Beso.

Irantzu dijo...

Me encanta como escribes... tienes un toque medio Nerudistico... en serio, me gusta.
Grandes las abuelas!