febrero 13, 2010

Queridísimo y amado Abuelo, pon mucha atención desde el Cielo mismo, donde ahora te hallas: en primer lugar te quiero dar gracias porque con tanto sentido común no te fuiste hace dos días atrás, el día mismo en que yo estaba de cumpleaños.
Y debe ser porque siempre supe cuánto me quisiste.
A mí, a tus hijos, a tus nietos, a tus bisnietos, a mi Yayi y a tus amigos.
Y es que a pesar de que la vida no te tocó fácil, siempre gozaste de una gran sentido común.
Con sentido común, superaste apenas a los 13 años la partida repentina de tu Madre, cuyo retrato atesoraste durante 90 años. Tu madre siempre nos miró con sus grandes ojos verdes desde tu dormitorio.
Y viviste tu infancia dura, sola en los verdes prados de ese lugar maravilloso llamado Limahuida, lugar que conocí de tu boca, en esos relatos eternos cada mañana, cuando era una niñita y tú gozabas contándome las historias de tu vida, mezcladas de fantasmas y demonios y héroes cuando me metía a tu cama cuando amanecía.
Creciste aceptando tu destino campesino hasta el día en que escogiste "engancharte" hacia la pampa desconocida, en vez de un futuro esplendoroso de futbolista en Everton de Viña del Mar...
Y eso determinaría tu vida para siempre jamás... te encontraste con la joven más hermosa del planeta y te enamoraste, perdido. La amaste cada día de tu vida... viviste para amarla con toda la pasión enferma de tu vida.
Y nació mi madre y sus hermanos y le permitiste que la pampa solitaria te convirtiera en su Hijo...
Y re tanta vida, Abuelo querido.. los ranchos, los Pasajes y sus prostitutas hermosas y "limpias", la brisca, el salitre, el estadio...
Nuestras idas al cine... tu pasión por los chistes picantes, por las Cubas libres y por tus amigos.
Tu admiración infinita por tus hijos.
Tu opinión siempre distinta, tu estilo diverso, tu simpatía innata, tus peleas, tus borracheras.
Recuerdo el momento preciso el día que recibí el primer libro que me regalaron... fuiste tú, mi abuelo querido. El nombre del libro " Mujercitas"...
Y hablamos de fútbol infinitos, peleamos por política eternamente, viajamos juntos y visitamos la casa en la que naciste....
Me pusiste mil sobrenombres, nos miramos tanto, tanto...
Desayunamos mil veces durante cuatro horas cada vez...
Me tuviste Fe, abuelo, siempre lo supe... tenías tanta fe en tus nietos y en tus hijos...
Escuché cada historia, cada chiste, cada palabrota que salía de tu boca cada día... cada risa, cada ironía...
En ti, se resolvió el misterio de la vida completo... nacer, amar, vivir intenso, jugar, reír, llorar, sufrir... ganar, perder...luchar... morir.
Construiste un Imperio, mi Pirula, querido, fuiste una "marca" más que un nombre y ser tu nieta, la nieta de Pirula es algo que me llena de orgullo. Algo que me llena de orgullo desde acá hasta el infinito...
Porque ser tu nieta me llena de pampa, de trabajo esforzado, de honestidad, de pureza, de risas y de ironías. Me agotan las ganas de vivir la vida que nos heredaste, la pasión extrema...
Te despido, mi querido Abuelo, sencillo y tan complejo... buen viaje.
Nos vemos... cuando en el estadio de tu querido Pedro de Valdivia... un día me recibas sentado con una cerveza en la mano y un abrazo, tu sonrisa eterna y una carcajada burlona... nos vemos ...

3 comentarios:

El Oscar dijo...

Un abuelo es un millón de bibliotecas en una sola persona...un abuelo es un filosofo del saber y la vida....suerteeeeeee

Sergio Saavedra Rivera dijo...

Envidio esa relación especial quen tuviste con tu Abuelo, eso te da esos recuerdos que de seguro guardas como el mejor de los tesoros Marcela querida, va un abrazo...

Colomba dijo...

Que lindo Marce!!
es que los sentimientos puestos en la pluma de alguien que vive tan hondamente.......... es un gran placer.
Gracias por compartir.