Embolinada la perdiz...
como casi siempre...
Nos estacionamos en el Club de Tiro...
Salitrera Pedro de Valdivia...
Esperamos sempiternos la llegada del bus,
que trae a los inolvidables Quilapayún,
que quieren visitar este pueblo perdido...
Esperamos solemnes,
en silencio,
(contemplando la pampa y sus rincones,
observando la pampa como fuera,
hasta sentir destrozados los lamentos)
...
Pero no hay señal de celular, y el tiempo pasa implacable...
y el bus no llega nunca jamás...
Ninguno le avisó al chofer... pffff....
Y no me queda otra que en la despedida,
acudir al llamado de este árbol,
me miraba de reojo desde que llegamos...
me miraba seductor, irresistible...
y me dejé seducir... y corrí a a su abrazo...
y vivimos un momento de comunión estelar
...
3 comentarios:
Que bueno que hayas encontrado el cálido abrazo, aunque sea de un árbol...
Besotes
Un Quila le hace prublicidad a un Consorcio Ferretero....fea la actitud.Donde queda la coonsecuencia entre el discurso y la vida concreta de cada dia?
Que lindo... la pachamama y la conexión con natura
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