mayo 17, 2010

El asunto es que sentí que me moría...
total.. de cuerpecito y espíritu...
y un metro y medio es muy poco pa' tanta pena que tenía...
Pero ahí estaban amigos y amigas... un bloque sólido para acompañar y contener
para caer suave y mullido...
Desde el otro lado del charco me acompañabas, mi Cachito, tan querido,
tus correos interminables,
tu vocación incorruptible de Amigo,
de compañero, de Santo Varón...
Animándome cada día, escuchando ...
reclamando la receta de empanadas que jamás envié...
Ahí estaban mis Hermanas del Perpetuo Desorden,
Imprescindibles...
mis padres y hermanos,
mis hijos, mi Gordis , mis gatas y mi Perro...
Mis amigas y amigos,
coloridos, reconocidos, intransables
Ahí estaban los de siempre,
los incondicionales atardeceres de cada día,
ahí estaba la música, los rezos, los abrazos, las palabras...
Ahí estaba Dios con su rostro de imperturbable Perdón...
Ahí estaba este Destino Relativo ...
esperándome con los brazos abiertos
con mirada dulce y dolorida,
mientras afuera caían indiferentes las hojas de árboles otoñales
...
para empezar de nuevo...
una y otra...
y otra...
y otra vez
....

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno saber de tu retorno..que tengas una camino fecundo,colmado de alegrias,bendiciones,amaneceres novedosos,que a la vera de tu historia se siente contigo la paz a dialogar tu vida y que una luz inmensa te acompañe en cada aurora y cada ocaso...Suerte para ti

Anónimo dijo...

te extraño...